Efectos secundarios de la edad adulta

ATENCIÓN: a continuación se sucederán una larga sarta de lamentos e improperios contra los innumerables beneficios de convertirse en un ser independiente. O que lo intenta.

Tras los primeros meses de euforia, de júbilo, de ahora voy a vivir como me de la gana… llega la cruda realidad. Vas a vivir como buenamente puedas, darling. He aquí las expectativas/realidad de tu primer trimestre fuera del nido:

-Voy a comer sano, como me enseñaron en casa. No tiene que ser tan difícil organizarse para ir hacer la compra y cocinar. Tengo una carrera, puedo con el horno.

giphy7

Vas a preferir enfrentarte a un ejército de dementores que a una cajera con prisas por pasar la compra por el escáner. No sabrás lo que es sufrir hasta que no te queden recetas de macarrones por probar.

-Veamos, la-va-do-ra. No suena complicado, he visto a mamá ponerlas desde que tengo uso de razón. Aprendí inglés, soy capaz de hacer la colada sin tener que descifrar los programas ni llamar a casa.

giphy8

¿Qué pasa si no le pongo prelavado? ¡MAMÁ, NO ME HE ACORDADO DEL SUAVIZANTE! ¡Qué demonios significa «centrifugado»… es alemán? Si meto una camiseta gris claro con camisetas blancas… ¿desteñirá? ACLAREN EL CONCEPTO DE ROPA CLARA Y ROPA OSCURA.

-Por fin podré dormir los fines de semana sin que una aspiradora infernal me tire abajo la puerta de la habitación. Y las siestas, sin que te deporten del sofá por estorbar. Por supuesto, durante semana tendré una rutina de sueño que seguiré a rajatabla, ¡8h todos los días!

giphy9

De esta guisa te vas a ver un jueves a las seis de la mañana sin haber pegado ojo por culpa de un insomnio nunca antes experimentado, teniendo que levantarte una hora después para ir a clase. Dícese también de los sábados en los que te despiertas a las 7 de la mañana por culpa de tus sigilosos vecinos.

-Se acabaron los atracones de trabajo -quien dice trabajo dice series- como hice durante toda la carrera. Ya no somos críos: organización, perseverancia y tiempo para el ocio, ¡lo que sobra es tiempo para hacerlo todo!

giphy10

12 exámenes, 20 trabajos, 40 prácticas, una tesina, 3 cenas de navidad, 4 cumpleaños… ¿Quién dijo estrés? PORQUE YO NO, ESTOY ESTUPENDAMENTE, ME HE ORGANIZADO DE MARAVILLA Y SOLO TENGO GANAS DE TOMARME UNA INFUSIÓN DE VALERIANA Y MERCURIO.

-Ahorraré. Sí, este año pienso cumplirlo. Administraré mi dinero tal y como hizo mi madre, y la madre de mi madre, y así desde tiempos inmemoriales. Sólo compraré lo que me haga falta, reduciré los caprichos al mínimo.

giphy11

Este eres tú a final de mes (con los últimos 20€ de tu cuenta. Y aun estás a 28 de -inserte el mes correspondiente, febrero no cuenta-). Demasiados días al final de mi dinero. Vive dios que lo intentas, pero siempre hay estrenos de cine o libros que se te cruzan en tu camino y que te ponen ojos de cordero degollado. Y si además intentas ser buena persona y te curras los 4 cumpleaños que te tocan cada año, apaga y vámonos…

-Mamá, si piensas que voy a llamarte todos los días, vas lista. Tendré muchísimas cosas que hacer como para perder el tiempo diez minutos al teléfono para decirte lo que comí cada día. Olvídate, dame alas, hazte a la idea de que me voy de casa.

giphy12

Mi madre, esperando todos los días la llamada que le dedico religiosamente, ansiosa por parodiarme con mi discursillo de hace unos meses. Siempre procede llamar: porque has jodido la lavadora común del piso, porque no sabes como desincrustar cebolla carbonizada del fondo de la cazuela, porque no entiendes una factura, y qué demonios… porque en el fondo echas de menos que te digan todos los días «Haz la cama»

-Me levantaré todos los días de buen humor. La vida es bella y da la casualidad de que también es corta. Sé consciente de la enooooorme suerte que tienes. Sonríe más. ¡KEEP CALM AND BE HAPPY!

giphy14

Si desde hace un mes éstos son tus buenos días, definitivamente estás haciendo algo mal. Culpa al máster, a los vecinos, a la falta de sueño, o a tu incapacidad por decir basta y hacer algo en serio por disfrutar un poco de tu segunda década de vida. Aunque un «fuck off» a la semana es recomendado por 9 de cada 10 farmacéuticos.

No están todas las que son ni son todas las que están, pero juntas construyen una idea bastante clara de lo que sucede una vez que se acaba la fase rosa de la independencia. Como en las relaciones, lo difícil es saber llevar la rutina, y que la rutina no te lleve a ti. Dicho lo cual, voy a llamar a mis padres que se me hace tarde.

El síndrome del impostor… ¡y además extranjero!

Queridos seres humanos,

he de confesaros algo: odio noviembre. Me parece un mes triste, frío y oscuro (lo siento, papá, tu cumpleaños es lo único bueno que le veo a esa particular agrupación de 30 días). El sol ya no calienta, los días son sensiblemente más cortos -y si además pasas tu vida entre las clases y el metro, de día tiene el nombre- y todo te recuerda a ese mes de diciembre que te vas a pasar estudiando como un animal para los exámenes de enero. Bienvenidos a los milmillonésimos Juegos del Estudiante. Y que la suerte esté siempre de vuestra parte.giphy

Si además esos famosos exámenes los vas a pasar en otro idioma, lejos de la universidad que te vio entrar como adolescente y salir como joven desesperado, y lo más importante de todo, lejos de cualquier alma conocida que entienda un atomarporculoconestamierdayanosigo y que sepa consolarte… pues llegan los problemas. Comúnmente conocidos como «bajón»: dícese de aquella sensación asquerosa en la que la vida te parece una soberana broma del karma, y en la que lejos de cantarte La Vie en rose te cantan requiems

giphy1

Pero no, no son simples bajones. Y aquí llega el GRAN problema. Lo que se viene anunciando desde el título de esta entrada: ¿qué puñetas es eso del Síndrome del impostor? La primera vez que oí ese nombre fue hace dos años, y oye, la verdad sea dicha, me pareció interesante pero en ese momento no perdí mucho el tiempo en prestarle más atención al asunto. Total, eso es algo que le pasa a los demás. Como todo. Veamos qué dice Wiki al respecto (pantallazo al canto, damos y caballeras, la paciencia no se encuentra entre mis virtudes, ¡como para perder el tiempo copiando definiciones!)

sindrome del impostor

Sospecho que la calidad de imagen es una basura de gran tamaño, así que el resumen viene a ser éste: eres un fraude. Si, tú, el que se siente identificado. Ajá, tú que has llegado donde estás por pura suerte, porque la última ensalada que te comiste era un puñado de tréboles de cuatro hojas y ¡puf, triunfaste! Pero no porque tú lo valgas, no, eso se lo dejamos a Laeticia Casta y cuatro privilegiados sesudos. Admítelo, tú estás ahí porque te encontraron en el buen momento y en el buen lugar, punto pelota. ¿Currículum? Dices esa hoja con tu nombre, tu fecha de nacimiento y tu título de carrera, ¿no? Ahm, ajá. Ponte a la cola, la sala de fracasados está al fondo a la izquierda. No quiero saber cómo has podido entrar en ese máster, o conseguir esa beca, ¿pero eres consciente de que no vas a conseguir acabarlo no? No te renovarán la beca para el año que viene, y catearás la mitad de las asignaturas, ¡vive dios que lo harás! ¿No ves cómo te miran? Si tienes fraude escrito en la frente, alma de cántaro.

giphy2

ESO es el síndrome del impostor. Teatralizado en pantalla, tiene lugar cada día en tu cabeza, desde el alba hasta el anochecer. ¡Próximamente en los mejores cines! Porque claro, todo el mundo sabe que la gente que te rodea son todos unos triunfadores, que además lo saben y lo viven a tope. Salen todos los días de casa diciendo: «Soy lo mejor que parió madre». Nada de inseguridades, esas las acaparas tú todas (que a falta de virtudes de algo habrá que llenar esa personalidad) Son todos jodidamente inteligentes, guapos, despreocupados, succesful en definitiva.

200

Así que, si te encuentras en esta situación, hazte un favor: DEJA LA MALDITA TESINA, LOS TRABAJOS Y LOS EXÁMENES POR UN FIN DE SEMANA. Tu salud te lo agradecerá. Y lo más importante de todo: no te olvides que todo lo que has conseguido, efectivamente, lo has (2ª persona del singular) conseguido TÚ. Con tu esfuerzo, con tu trabajo, como ese cerebro maravilloso que tienes. Porque los retos son así, difíciles, y siempre tendrás momentos de incertidumbre, ¡pero no has llegado hasta aquí para dejarlo caer y largarte a las cumbres alpinas a recolectar cardos! Piensa que tu compañero de clase, tu amigo, tu hermano o tu vecino pueden estar pensando exactamente lo mismo de sí mismos y de ti: tú eres la boss, la que has triunfado ahí donde has ido, y ellos no han hecho más que recoger golpes de suerte inmerecidos.

giphy5

Como me dijo una amiga hace unos días: no te compares con los que tienes al lado. Compárate contigo misma, con tu yo de hace un año. Observa cómo has progresado y repite conmigo «Puedo con esto, y más»

giphy4